jueves, 31 de marzo de 2011

Psicopatología y Medicina

Psicopatología y Medicina

Lic. Sergio Hernández Andrade

Estas dos ramas, aunque parecen sumamente distintas, se encuentran extremadamente correlacionadas debido a una especialidad de la segunda, la cual engloba la primera desde un enfoque químico-orgánico-funcional, la cual es la Psiquiatría. La Psiquiatría es la ciencia que estudia los trastornos psicopatológicos desde la perspectiva química, donde se observan y traducen los efectos de los diversos neurotransmisores, los cuales tienen efecto directo en las emociones y en el comportamiento; desde la perspectiva orgánica, donde el organismo puede ser o no afectado por debido a un malfuncionamiento de las estructuras cerebrales como lo son los receptores orgánicos; y la perspectiva funcional, la cual busca reinsertar al sujeto a la sociedad de manera funcional, y en caso contrario, su completa reclusión para su rehabilitación o simplemente, para que no permanezca de manera no funcional fuera de la institución , es decir, en la sociedad, la cual estigmatizará ese comportamiento.
Comenzaremos con una pregunta tan general que determina la importancia de este artículo: ¿Es la administración de fármacos totalmente efectiva para el mejoramiento de los trastornos psicopatológicos y psiquiátricos? Ni la literatura ni la experiencia propia me pueden dar una respuesta afirmativa a este cuestionamiento. Y digo experiencia propia porque en casa convivo con un sujeto diagnosticado con un trastorno del tipo Esquizofrénico Paranoide, correctamente diagnosticado y medicado (omito el sexo para total confidencialidad) por medio de un psiquiatra. Y es totalmente funcional, sin embargo, el tratamiento con Risperdal (con la sustancia activa Risperidona, un antipsicótico de tercera generación), trae consigo la disminución de síntomas positivos (ideas delirantes y alucinaciones) y síntomas negativos (aplanamiento afectivo, abulia por ejemplo), sin embargo también conlleva síntomas secundarios como dolores de cabeza, somnolencia, entre otras cosas que hacen que el sujeto desee terminar con el tratamiento. La esquizofrenia es probablemente el trastorno más enigmático y trágico que tratan los profesionales de la salud, y quizá también el más devastador. Se manifiesta en la juventud (fase prodrómica), por lo que, a diferencia de los pacientes con cáncer o enfermedad cardíaca, la gran mayoría de los pacientes esquizofrénicos normalmente viven muchos años después del inicio de la enfermedad y continúan padeciendo sus efectos sin poder llevar una vida completamente normal (asistencia a la escuela y al trabajo, tener un grupo de amigos íntimos, casarse o cuidar de los hijos).
Entonces, sí es bastante efectivo un fármaco en un trastorno mental, sin embargo, primeramente se debe descubrir la dosis exacta que necesita el sujeto, además de la correcta sustancia activa. Un ejemplo de ello son las sustancias antipsicóticas, las cuales tienen efectos diversos en receptores dopaminérgicos D2 (receptores de una sustancia neurotransmisora llamada dopamina) o serotoninérgicos (receptores de una sustancia neurotransmisora llamada serotonina), y las cuales son tan extensas y distintas unas de otras que podría no parecer tener el mismo efecto (antipsicótico). Algunos ejemplos de antipsicóticos típicos son el Haloperidol, el Litio, o la levomepromazina los cuales tienen una gran repercusión extrapiramidal (un efecto de parkinsonismo inducido) y mayor deterioro cognitivo, y los antipsicóticos de tercera generación o atípicos como algunas benzodiazepinas (por ejemplo la olanzapina) o la Risperidona, los cuales tienen menos efectos extrapiramidales pero tienen efectos secundarios como mareos, cefaleas, somnolencia, etcétera.
La correcta administración y combinación de antipsicóticos pueden tener un efecto aceptable en el sujeto (nunca totalmente efectivo, sin el deseo del paciente de salir adelante), sin embargo, son sustancias peligrosas si no se manejan con sumo cuidado. Recuerdo haber escuchado por medio de un psiquiatra acerca de la “Bernardina”, (utilizada en el hospital psiquiátrico Fray Bernardino) la cual es la combinación de Haloperidol con otra sustancia antipsicótica, la cual literalmente “noquea” a quienes reciben esta sustancia, y la cual es utilizada para tranquilizar a aquellos sujetos que son extremadamente conflictivos dentro del psiquiátrico. Ahora, ¿si esta “Bernardina” se utilizara fuera de la institución? Es una combinación peligrosa para aquellos que gustan de las emociones fuertes.
Retomando el caso del sujeto en casa, al comenzar con la sintomatología, todos pensábamos que era un a clase de broma de mal gusto, ya que mencionaba que una organización sueca le mandaba correos para amenazarlo/a y también a su hijo, además de que siempre se sentía observado/a por todos. Y tal vez podía ser funcional en ese nivel, pero su trabajo era de profesor/a a nivel licenciatura, lo cual le obligó a asistir con un psiquiatra, desafortunadamente, un mal psiquiatra el cual laboraba en el Instituto Mexicano del Seguro Social, quien primeramente le recetó Olanzapina combinada con Risperdal, dosis máxima, lo cual excedía la ventana terapéutica y creó el efecto “Bernardino” en dicho sujeto, además de que la sintomatología no disminuyó. Esto es algo muy peligros, ya que puede provocar un sindrome neuroléptico maligno y provocar la muerte del paciente, por lo tanto, es muy importante saber qué es l que se receta y con qué se está combinando en el cuerpo del sujeto para evitar desgracias innecesarias.
La total mejoría se dio con el cambio de psiquiatra, cuando además de erradicar la olanzapina y disminuir la dosis de risperidona, dio tratamiento psicológico. Este tratamiento, esta cura por la palabra era aquello que ese sujeto necesitaba en ese preciso momento, y muy bien ayudado por una buena dosis química pudo sacar adelante a ese paciente hasta la total recuperación de sus antiguas funciones. Según mi observación, y la literatura revisada a lo largo de mi tiempo como estudiante, la mejor solución a bastantes de los trastornos mentales que pueda mencionar el DSM-IV y con menores repercusiones secundarias es el tratamiento psicológico, la “cura por la palabra” (la cual no es necesariamente psicoanalista hablando de catarsis).
Entonces, ¿Cuál es la razón de la mejoría de un sujeto con un trastorno psicopatológico, un correcto tratamiento psicológico o un correcto tratamiento psiquiátrico? Tal vez sea ambos, pero en ningún libro de texto se menciona con total certeza el funcionamiento del cerebro. Por ello, quien descubra total funcionamiento se llevará casi automáticamente el Premio Nobel de Medicina, pero lo más importante, quitará muchos paradigmas en cuanto a estas dos ciencias distintas pero complementarias, Psicología y Psiquiatría. Sin embargo, dudo que la psicopatología desaparezca del sujeto social (Freud hablará de la falta del sujeto y el malestar en la cultura), ya que cuando la falta desaparezca, habrá la muerte del sujeto.

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