jueves, 31 de marzo de 2011

ANTIDEPRESIVOS: LA PUERTA BIOQUÍMICA A LA ESTABILIDAD EMOCIONAL

ANTIDEPRESIVOS: LA PUERTA BIOQUÍMICA A LA ESTABILIDAD EMOCIONAL

AUTOR
LIC. EN PSICOLOGÍA
MUÑOZ RAMÍREZ EDITH ADRIANA

DR. ANGEL MAURICIO SORIANO PEREZ


Introducción
Hace tiempo la melancolía era una enfermedad que atormentaba a las personas, particularmente a las mujeres. El DSM IV le llama ahora depresión y lo define como un Trastorno del estado de ánimo que afecta tanto a hombres como a mujeres.

The National Institute of Mental Health dice que la depresión es una enfermedad médica seria y no algo que se inventó en la mente. Menciona que no es sólo sentirse triste, o con las pilas bajas, si no que es sentirse sin esperanzas por varias semanas. Los principales síntomas que caracterizan la depresión son: tristeza de manera persistente, ansiedad, sentimientos de vacío, de desesperanza, de pesimismo, de culpa, de inutilidad, así como sentirse incapaces de ser ayudados. Ya no hay interés o placer en actividades recreativas que alguna vez se disfrutaron. En el DSM IV se mencionan puntos similares y otros más como cambios en el apetito, alteraciones del sueño, pensamientos de muerte, entre otros; pero hace la aclaración de que debe ser en un periodo de al menos dos semanas en el caso de un episodio depresivo mayor.

La depresión es uno de los más comunes y serios problemas de la salud mental que enfrentan las personas hoy en día. No importa el nivel socioeconómico, la edad ni el sexo, cualquier persona puede llegar en algún momento a sentirse deprimido.

Trastorno o enfermedad esta claro que ocasiona malestar a quien la padece, no sólo por lo síntomas físicos y psicológicos que conlleva; socialmente es incómodo decirle a la persona de al lado que se tiene depresión debido a los diferentes tabúes que aún se manejan al respecto. Por regla general las personas que rodean a un paciente con depresión suelen pensar cosas tales como: que sólo lo hace para llamar la atención, porque su autoestima está baja y, en el peor de los casos, ¡porque le gusta sufrir! Con todo ello dan a entender que el paciente ha “elegido” sentirse de esa forma haciendo que su sentimiento de culpa aumente y que se aísle aún más.

La incomprensión, el sentimiento de inutilidad, la poca energía que se tiene para emprender las labores, la falta de concentración para las tareas más simples, la constante tristeza, el sentirse desvalido al grado de llegar a pensar que la muerte es la mejor opción son, sin duda alguna, pensamientos, sentimientos y acciones que nadie desea sentir sólo por llamar la atención o para que se les tenga lástima.

Gracias a los avances en la medicina y a múltiples investigaciones hoy en día se sabe que la depresión tiene repercusiones a nivel fisiológico debido a que el cerebro envía señales al cuerpo de la persona para que reaccione con los síntomas antes mencionados; por lo que la alternativa de tratamiento, en una primera instancia, sería aumentar la acción de la serotonina por lo que es necesario que se ayude al cerebro inhibir la recaptación de los neurotransmisores relacionados con la serotonina.

Contenido
La Organización Mundial de la Salud refirió que en el 2020 la depresión se convertirá en la segunda causa de incapacidad en el mundo, detrás de las enfermedades isquémicas (infartos, insuficiencia coronaria, accidente cerebro vascular).

En la actualidad no se ha encontrado una única causa que origine la depresión, sin embargo se reconoce que diversos modelos explicativos tienen como puntos de partida los aspectos biológicos, psicológicos o sociales . A pesar de que no hay un modelo explicativo único que aclare completamente el origen de un trastorno depresivo, los modelos antes mencionados no se excluyen entre sí. Dependiendo de la persona uno o varios factores de vulnerabilidad de base, es decir, factores biológicos, psicológicos o sociales, se combinarían de una determinada manera y frente, a una o varias circunstancias, en un determinado momento del curso de la vida para terminar en una depresión.

Se ha observado que ciertos cambios en el organismo pueden dar origen a un trastorno depresivo; desde el consumo de drogas hasta enfermedades tales como Parkinson, tumores en el Sistema Nervioso Central, Lupus, entre otras. Por el lado de la genética ya se ha aceptado que la herencia juega un papel importante en la depresión. Estudios sobre antecedentes familiares de trastornos depresivos revelan que existe una mayor tasa de trastornos afectivos que en los familiares de sujetos sanos. El psiquiatra Lukas Pezawas encontró que la depresión tiene un factor genético al examinar el metabolismo de serotonina y ver un circuito en el cerebro influido por factores genéticos que acoge las emociones negativas y, en interacción con varias zonas cerebrales, puede provocar la depresión. Por medio de una tomografía funcional de resonancia magnética constató que ése circuito cerebral ejerce la función de amortiguar las impresiones negativas. Dentro del circuito se encuentra un gen transbordador de serotonina que existe en dos variantes: una larga, más resistente al estrés, y otra, anormalmente corta y más sensible, en cuyo caso el cerebro llega a ser vulnerable. Cuando se presenta éste último aumentan las emociones negativas y se producen depresiones a consecuencia de cualquier experiencia traumatizante. Con ello se probó que no todo depende de la química, sino que hay una relación entre la depresión y la construcción del cerebro.

Las hipótesis bioquímicas parten de la función de los neurotransmisores los cuales establecen un código de señales eléctrico y bioquímico al ser segregados por una neurona e interaccionar con las neuronas adyacentes, en cuyas membranas hay receptores para estos neurotransmisores, todo eso está determinado genéticamente pero puede variar en función de variables externas. La noradrenalina, la serotonina y la dopamina son neurotransmisores que se han identificado que tienen efectos sobre los trastornos del estado de ánimo.

En la depresión se presentan alteraciones en el funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal. Su función está sincronizada, por lo que la hormona segregada por el hipotálamo estimula a la hipófisis a que produzca otra hormona que a su vez estimula a las glándulas suprarrenales a producir cortisol. A su vez la cantidad de hormona segregada sirve de freno a la glándula estimuladora, mecanismo que se llama retroalimentación. En la depresión se ha visto que los niveles de cortisol son elevados, lo que indica que la respuesta de retroalimentación no funciona con normalidad. Los trastornos del estado de ánimo se han relacionado también con anomalías en la función de la glándula tiroides.
Por el lado de los factores psicosociales se ha encontrado que las circunstancias externas y la capacidad de cada persona para enfrentarlas son factores precipitantes de los trastornos del estado de ánimo. Las circunstancias externas que pueden precipitar depresión serían aquellas no deseadas, ni controlables y que ocurren de manera inesperada; por ejemplo la muerte de un ser querido, una separación, pérdida del empleo, problemas en la salud, entre otros. También el enfrentarse a situaciones estresantes se ha relacionado con el inicio de la depresión, esto se debe al esfuerzo que tienen que hacer algunas personas para afrontar ese tipo de situaciones.

Debido a lo antes mencionado se han realizado diversos estudios que se enfocan en mejorar los síntomas de la depresión. Los medicamentos para la depresión son mejor conocidos como antidepresivos, generalmente se toman por un periodo de cuatro a seis meses. La función de la mayoría de ellos consiste en inhibir la recaptación de los neurotransmisores relacionados con la serotonina por lo que retardan la remoción de la misma y se mantiene por mayor tiempo.

Existen diferentes tipos de antidepresivos entre ellos se encuentran los tricíclicos, que reciben ese nombre por su estructura de tres anillos, encargados de impedir la recaptación de la serotonina y la noradrenalina provocando así un aumento de sus niveles en el encéfalo. Ejemplos de este antidepresivo son: amitriptilina, desipramina, imipramina y nortriptilina. Como todo medicamento, presenta efectos secundarios algunos son: resequedad en la boca, visión borrosa, dificultad para orinar, empeoramiento del glaucoma, dificultad para pensar, etc. Entre los inhibidores de recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN) se encuentran la venlafaxina y la duloxetina. Los efectos secundarios que causan son: pérdida del apetito, ansiedad, dolor de cabeza, insomnio y cansancio, problemas sexuales, aumento de la frecuencia cardiaca, entre otros. También hay inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y ejemplos de ellos son: citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina, entre otras. Los efectos secundarios que producen comparado con los anteriores son menos agresivos, algunos de esos efectos son: resequedad en la boca, náusea, nerviosismo, insomnio, problemas sexuales y dolor de cabeza. Los inhibidores de monoaminooxidasa (IMAO) no suelen usarse con mucha frecuencia debido a que sus efectos secundarios son graves, por ejemplo, dolor de cabeza, temblores, debilidad, etc. Además si se combinan con otros medicamentes, como los que se usan para resfriado, pueden causar una reacción peligrosa, por lo que requiere de mayor atención incluso para la ingesta de ciertos alimentos. Entre los antidepresivos IMAO se encuentra la isocarboxazida, la fenelzina y la tranilcipromina.

En un estudio realizado en México de fase IV, es decir, de un medicamento ya probado y disponible comercialmente, con un total de 96 pacientes de los cuales 74 lo terminaron, se empleó como antidepresivo la venlafaxina XR que es un inhibidor de recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN). El objetivo del estudio fue evaluar la efectividad, tolerancia y seguridad de la venlafaxina XR en el tratamiento a pacientes, tanto hombres como mujeres con edades de los 18 a 66 años, diagnosticados con episodio depresivo mayor de acuerdo a lo establecido por el DSM IV. El estudio se llevo a cabo durante 4 meses y se obtuvo como resultados una disminución de los síntomas depresivos del 50 % de acuerdo a la escala de Hamilton- D21; la dosis inicial fue de 75 mg. hasta llegar a la máxima de 225 mg. La respuesta al medicamento se presentó a la cuarta semana de tratamiento. Los efectos secundarios fueron de moderados a leves, los pacientes que abandonaron el estudio justificaron que se debía a las náuseas que les provocaba la venlafaxina XR. Otros efectos fueron sequedad en la boca, dolor de cabeza, somnolencia y mareo. Se originaron también efectos adversos pero por situaciones ajenas al uso de la venlafaxina XR,

En Cuba se realizo un ensayo clínico nacional multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo en el que se evaluó el efecto antidepresivo de un nuevo fármaco en investigación. Los pacientes tenían trastornos depresivos leves y moderados según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Se asignó a los pacientes al tratamiento activo o al placebo por un período de 6 semanas. El resultado obtenido fue una elevada respuesta al placebo superando el 50%. Los factores que contribuyeron a esos resultados son el nivel de depresión de los pacientes, la elevada expectativa tanto de pacientes como evaluadores y las evaluaciones sistemáticas debido a la falta de experiencia de los evaluadores. Por ello concluyeron que los ensayos clínicos necesitarán nuevas estrategias, además de grupos control con placebos, para reducir las fuentes de variabilidad.

En un estudio que se incluyó en la Revista Panamericana de Salud Pública se estudiaron los datos sobre la respuesta al placebo y a la medicación en ensayos clínicos a pacientes adultos con depresión mayor. El interés del estudio se debe a que a últimas fechas se ha dificultado demostrar efectos antidepresivos específicos en comparación con el placebo. Los estudios revisados fueron ensayos clínicos aleatorizados, doblemente enmascarados, controlados con placebo en pacientes con depresión mayor tratados con una duración mínima de 4 semanas. El resultado fue que la respuesta al placebo es muy variable, pero a menudo de magnitud considerable, y que ha aumentado en los últimos años, al igual que la respuesta a la medicación. Concluyeron que los ensayos clínicos de antidepresivos deben incluir un grupo tratado con placebo para reducir los potenciales riesgos de dichos estudios, de forma que se puedan realizar de un modo aceptable desde el punto de vista ético.

Conclusiones

Con el paso del tiempo se han visto mejores resultados en las nuevas generaciones de antidepresivos, las terapias psicológicas encuentran diversas estrategias para afrontar la depresión y también la medicina alternativa tiene su papel dentro de los tratamientos más recurridos para superar la depresión.
Aunque en el presente trabajo sólo se abordo como tratamiento los antidepresivos, los estudios de ensayos clínicos dejan como evidencia que el simple hecho de que los pacientes sean considerados lo suficientemente importantes para ser incluidos en un estudio los hace sentir mejor. La idea de hacer algo de manera activa y así revertir la inactividad característica de la depresión pueden llega a reducir los síntomas. El efecto de los placebos es similar y funciona por la esperanza de sentirse mejor, lo cuál es solo sugestión del propio paciente aunada a la interacción con su médico, por lo que la relación entre ambos también es vital para la mejoría del paciente. Debido a lo explicado con anterioridad se podría decir que las personas que sufren de depresión por cuestiones genéticas, por un mal funcionamiento de los neurotransmisores, por alteraciones en el funcionamiento del eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal o por la dificultad de afrontar alguna situación de su vida, es un hecho de que mejoran con el uso de antidepresivos y que el encontrarse bajo un tratamiento médico no se debe excluir el apoyo de la terapia, ya que de esa manera el paciente puede expresar como se ha sentido con el tratamiento y en general consigo mismo. Así no solo se mejoran los síntomas de la depresión sino que se le enseña al paciente estrategias de afrontamiento para que logre hacer frente a las situaciones que se le presenten con el fin de evitar que se sienta incapaz, desvalido y que ha perdido el control de la situación. Aun así, aunque la depresión sea un tema por demás estudiado aún hay factores que se deben seguir investigando por el sólo hecho de que la mente humana sigue siendo un constante misterio.

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