jueves, 31 de marzo de 2011

TRASTORNO DE PANICO

TRASTORNO DE PÁNICO

Lic. Silvia Gabriela Gudiño Rodríguez
Dr. Angel Mauricio Soriano Perez


“Sally experimentó en forma súbita su primer ataque de pánico tres meses después de terminar su último año en la universidad. Acababa de terminar una entrevista de trabajo y se había reunido con algunas amigas para cenar. En el restaurante comenzó a sentirse mareada, en unos cuantos segundos su corazón estaba latiendo con fuerza y sentía que le faltaba la respiración, como si se fuera a desmayar. Sus amigas notaron que no se veía bien, por lo que le propusieron llevarla a su casa, pero Sally pidió ser llevada a la sala de urgencias del hospital. Aunque mejoró en el trayecto al hospital y los análisis no mostraron resultados negativos, Sally experimentó un episodio parecido una semana después mientras estaba en el cine…” (Feldman, 2001)

Según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. (NIMH) los ataques de pánico son sensaciones repentinas de terror sin motivo aparente que aparecen dentro del denominado trastorno de pánico. Las personas con trastorno de pánico tienen sentimientos de terror que aparecen de repente y repetidamente sin previo aviso. Los ataques de pánico pueden ocurrir en cualquier momento o lugar sin previo aviso. A menudo ocurren en el supermercado, centros comerciales, cuando está entre un grupo de gente o mientras viaja. Se puede vivir con el constante miedo de sufrir otro ataque y la persona se aleja de los lugares en los que ha sufrido un ataque anteriormente.
De acuerdo al DSM -IV (cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association) el trastorno de pánico se valora de la siguiente manera:
A) Cumplimiento de los requisitos (1) y (2):
1. Ataques de pánico periódicos e inesperados
2. Al menos uno de los ataques ha sido seguido durante 1 mes o más de al menos uno de los siguientes aspectos:
• Persistente preocupación por tener nuevos ataques
• Preocupación por las implicaciones del ataque o por sus consecuencias
• Cambio significativo en el comportamiento en relación con los ataques
B) Presencia (o ausencia) de agorafobia
C) Los ataques de pánico no se atribuyen a efectos fisiológicos directos producidos por una sustancia (por ejemplo: consumo de drogas o medicamentos) o a un cuadro médico concreto (por ejemplo, hipertiroidismo).
D) Los ataques de pánico no se encuadran mejor dentro de otros trastornos como la fobia social (exposición a situaciones sociales temidas), fobias específicas (exposición a una determinada situación fóbica), trastornos obsesivo-compulsivos (por ejemplo: con la exposición a la suciedad de alguien obsesionado con la limpieza o la salud), trastornos de estrés postraumático (por ejemplo: en respuesta a estímulos asociados con un grave estrés) o trastornos de ansiedad por separación (por ejemplo: en respuesta a encontrarse fuera del hogar).
En el trastorno de pánico, la persona experimenta ataques de pánico repetidos e inesperados y sufre ansiedad persistente sobre la posibilidad que los ataques de pánico vuelvan a ocurrir.
Durante el ataque de pánico pueden presentarse uno o varios de los siguientes síntomas físicos vinculados al miedo:
• Dolor en el pecho o taquicardias.
• Respiración forzada, arrítmica, apresurada y con síntomas de ahogo.
• Mareos
• Náuseas o vómitos
• Temblores, escalofríos, estremecimientos y hormigueo.
• Contracciones musculares.
• Sequedad en la boca y en el paladar.
• Sensibilidad a la luz (dilatación de pupila).
• Sudoración
• Opresión o malestar torácico
• Parestesias ('Sensación de hormigueo en las manos o en pies')
• Escalofríos y sacudidas
• Sensación de ahogo
• Sensación de atragantamiento
• Dificultades para hablar o comunicarse.
En la crisis también se presentan algunos de los siguientes miedos y sensaciones:
• Sensación de perder el control.
• Sensación de miedo a la muerte
• Miedo a descontrolarse, a enloquecer o a perder la razón.
• Despersonalización o desrealización. Percepción de irrealidad: sentirse a uno mismo y al entorno como si no fuera real
• Deseo imperativo de escapar del lugar, momento y situación en el que se producen las crisis.
Las crisis se inician bruscamente, alcanzan su máxima intensidad en los primeros diez a 15 minutos y suelen durar menos de una hora. Pueden aparecer síntomas de tipo depresivo, miedo a salir o alejarse del hogar o necesidad de hacerlo acompañado por una ser muy cercano (familiar). La persona suele sentirse muy hipersensible y vulnerable. Este tipo de trastorno es tan traumático de experimentar que quien lo padece suele cambiar en forma brusca y desfavorable sus hábitos de vida: no querer salir solo de la casa o viajar, retraimiento social, abandono de sus actividades laborales o académicas. (http://www.eutimia.com) Durante el trastorno de pánico se presenta:
Ansiedad anticipatoria: Lo que dispara este estado es pensar sobre la posibilidad de sufrir un ataque de pánico. Una vez que se desarrolla, la ansiedad anticipatoria puede provocar el recluirse y soportar los ataques en soledad donde no tiene la posibilidad de escapar ni de recibir ayuda.

Aislamiento. Es posible que las personas que sufren de ataques de pánico suspendan las actividades que parecen provocar los ataques, por ejemplo, ir al parque, conducir, usar ascensores o hacer algo que les provoque miedo. A pesar de que la evasión puede ayudar de forma transitoria al miedo del ataque y la pérdida de control, hace casi imposible llevar una vida normal. Además no impide que los ataques continúen produciéndose.

Agorafobia. La agorafobia es el miedo de estar en lugares públicos y abiertos sin escape. La agorafobia con frecuencia acompaña al trastorno de pánico. Puede provocar que las personas que sufren de un trastorno de pánico eviten los lugares públicos, las multitudes o viajar en autobús o avión. Este patrón puede empeorar hasta el punto que la persona no quiera salir de su casa. (http://www.healthyminds.org)
Paradójicamente, estos episodios aparecen en momentos de relajación, es decir, cuando la atención no está capturada por ninguna situación exterior importante, es así que el malestar y la sensación de peligro que trae el ataque es tan intenso que las personas que sufren un trastorno de pánico a menudo creen que están sufriendo un ataque al corazón o una enfermedad que pone en riesgo su vida, lo que motiva a la persona a buscar atención médica.
Las causas exactas del trastorno de pánico se desconocen, no se contemplan fenómenos determinantes en su aparición. Los factores genéticos y los mecanismos de herencia pueden jugar un papel esencial en su desarrollo así como las características psicológicas del individuo.
Generalmente, el trastorno comienza cuando las personas son jóvenes, entre los 18 y los 24 años, aunque puede producirse también en adolescentes. Cualquier persona puede tener trastorno de pánico, aunque el fenómeno es más común en las mujeres que en los hombres (http://es.wikipedia.org)
Las opciones para el tratamiento del trastorno de pánico, incluye la terapia psicológica y el tratamiento farmacológico Es recomendable para tener éxito que el tratamiento para trastorno de pánico sea combinado, por una parte el medicamento ayudará a reducir el nivel de ansiedad y la terapia por su parte favorecerá la reestructuración cognitiva del sujeto.
El médico debe diagnosticar y dar el tratamiento farmacológico adecuado para el paciente, así como observar la evolución y en el momento indicado retirar el medicamento poco a poco. Wilson (2001) describe las familias de medicamentos indicados para el trastorno de pánico de la siguiente manera:
• Antidepresivos triciclicos
• Antidepresivos ciclicos
• Agentes bloqueadores de la recaptación de serotonina
• Benzodiazepinas
• Inhibidores de monoamina oxidasa
• Beta-bloqueadores
• Anticonvulsivos
Los medicamentos más utilizados para el trastorno de pánico son los antidepresivos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina) y abarcan:
 Fluoxetina (Prozac)
 Sertralina (Zoloft)
 Paroxetina (Paxil)
 Fluvoxamina (Luvox)
 Cetalopram (Celexa)
 Escitalopram (Lexapro)
Si estos medicamentos no ayudan, se puede pensar en la utilización de benzodiazepinas por un período mayor si la persona no tiene antecedentes de fármacodependencia y tolerancia.
Los inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO), como fenelzina (Nardil), tranilcipramina (Parnate) e isocarboxazida (Marplan), sólo se emplean cuando todos los otros fármacos no funcionan. Los IMAO son los medicamentos más eficaces para el trastorno de pánico, pero tienen efectos secundarios serios e interacciones con otros fármacos y alimentos, y sólo deben ser prescritos por un psiquiatra que tenga experiencia en su utilización. (http://www.nlm.nih.gov)
La terapia conductual cognitiva consiste en cinco principios:

Aprendizaje. En esta primera etapa, el terapeuta explica la enfermedad, le enseña al paciente a identificar los síntomas y propone el plan de tratamiento.

Control. Los pacientes llevan un diario para controlar los ataques de pánico y registrar las situaciones que les provocan ansiedad.

Respiración. El terapeuta le enseña al paciente técnicas de relajación y respiración para combatir las reacciones físicas al ataque de pánico.

Replanteamiento. El terapeuta ayuda al paciente a cambiar su interpretación de los síntomas físicos de catastróficos a realistas.

Exposición. El terapeuta ayuda al paciente a controlarse en situaciones que provoquen ataques de pánico este proceso se lleva cabo gradualmente. (http://www.healthyminds.org)
La clínica de la ansiedad (http://www.clinicadeansiedad.com) proporciona material de autoayuda para las personas que padecen trastorno de pánico, sugieren 10 reglas para afrontar el pánico:
1. Recuerde que las sensaciones no son más que una exageración de las reacciones corporales normales al estrés.
2. No son, en absoluto, perjudiciales ni peligrosas; solamente desagradables. No sucederá nada peor.
3. Deje de aumentar el pánico con pensamientos atemorizadores sobre lo que está sucediendo y a dónde podría conducir.
4. Observe lo que está sucediendo en su cuerpo realmente ahora, no lo que usted tema que pudiera pasar.
5. Espere y deje tiempo al miedo para que pase. No luche en contra, ni huya de él.

6. Observe que cuando usted deja de aumentarlo al añadir pensamientos atemorizadores, el miedo comienza a desaparecer por si mismo.
7. Recuerde que el objetivo fundamental de la práctica es cómo afrontar el miedo sin evitarlo. Por tanto, ésta es una oportunidad de progresar.
8. Piense en el avance que ha conseguido hasta ahora, a pesar de todas las dificultades. Piense en lo satisfecho que estará cuando lo consiga esta vez.
9. Cuando comience a sentirse mejor, mire a su alrededor y empiece a planear qué va a hacer a continuación.
10. Cuando esté preparado para continuar, comience de forma tranquila y relajada. No hay necesidad de esfuerzo, ni prisas.

Es necesario considerar el impacto en la conducta de las personas que sufren trastorno de pánico, la presencia de estos episodios pueden provocar un cambio significativo en diversas áreas del individuo, (familia, trabajo, escuela, amigos). La ansiedad por sufrir otro ataque provoca que el sujeto presente una conducta evitativa, que da como consecuencia el aislamiento de diversos entornos (lugares o situaciones) que el sujeto considera amenazantes, lo que al final limitara la vida del individuo.

REFERENCIAS

Feldman, R (2001) Psicología con aplicaciones en países de habla hispana. México. Mc Graw Hill. pp 503

http://www.clinicadeansiedad.com Recuperado el 22 de Octubre de 2008. Trastorno de Pánico. Material de Autoayuda.

http://www.eutimia.com Recuperado el 20 de Octubre de 2008 Trastornos Mentales. Trastorno de Pánico.

http://www.healthyminds.org Recuperado el 20 de Octubre de 2008. Trastorno de Pánico.

http://www.nimh.nih.gov Recuperado el 22 de Octubre de 2008 Publicaciones. Trastorno de Pánico.

http://www.nlm.nih.gov Recuperado el 22 de Octubre de 2008. Enciclopedia Médica. Trastorno de Pánico.

http://es.wikipedia.org/wiki Recuperado el 22 de Octubre de 2008. Trastorno de Pánico.

Wilson, R (2001) ¡No al Pánico! Cómo controlar los ataques de angustia. Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos

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